Estoy acostada en el micro. Veo la lluvia caer por las ventanas, formando pequeñas líneas de agua y luego haciendose mas gruesas hasta mostrar la gran tormenta que limpia la ciudad. Sí. Limpia, porque la lluvia no me deprime, sino que me calma, me limpia.
Esas mojadas gotas de agua caen sobre el metálico techo del micro, dando la sensación de una canción de cuna, ayudándome a relajarme. Cierro mi cuaderno y vuelvo a mi observación.
10/2/2010
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